10/02/2025

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[Vídeo] Dueños de Funerarias acusan manipulación de Certificados de Defunción en Muertes por Covid-19

La periodista, investigadora y escritora Alejandra Matus ha ocupado parte de su tiempo en cuarentena en Nueva York para hacer seguimiento a la situación de la pandemia de COVID-19 en Chile. Su trabajo se ha centrado en investigar los informes oficiales sobre los casos de contagios y fallecimientos en el país, y el manejo de sus cifras, las cuales, para muchos del mundo político, de la salud, la prensa y seguidores en Twitter, han generado múltiples dudas y cuestionamientos. Ante nuestra pregunta si le importaba los ataques recibidos, su respuesta es clara: “Mi propósito como periodista es simplemente mostrar que esto pasa”.

En entrevista en #FTVenCuarentena, la autora de libros de investigación periodística como El Libro Negro de la Justicia Chilena (1999/2016), Doña Lucía (2013) y Mitos y verdades de las AFP (2017), entre otros, asegura que “los datos no es que sean erróneos; los datos que entrega el Gobierno todos los días son correctos, en términos del número de contagiados o de fallecidos. El tema es la falta de otros datos, o las zonas grises en las cuales, por ejemplo, no se está haciendo tests; en la falta de testeos, por ejemplo, que se reclamó inicialmente en los sectores populares y que recién se está haciendo. La prolijidad, o más bien, la extensión con que se recogió los datos es lo que causa dudas”.




CERTIFICADOS DE DEFUNCIÓN

¿Qué pasa con los certificados de defunción? Tú publicaste que los certificados de defunción están omitiendo el COVID-19.

-Es muy raro que en Chile se tenga esta excepcionalidad de tener, aun con aumento de contagio, una letalidad inferior a otros países e incluso en otros países con mejor sistema de salud que el nuestro.

Hay dos hipótesis posibles: una es que Chile tiene algo especial que hace que la letalidad sea menor y la otra es que no se estén detectando los fallecimientos que sí están ocurriendo. Estos son datos que uno no puede extrapolar porque solamente encontré dos casos, pero son significativos porque pueden representar lo que está pasando.

En un caso es una mujer, de 89 años, que ya fue diagnosticada con COVID, llevaron sus hijos a urgencia, falleció antes de someterla a algún tratamiento y en el certificado de defunción que firma el médico y que es el documento oficial para designar la muerte de una persona, se puso ‘neumonía’ y ‘síndrome de deficiencia respiratoria aguda’, pero no se puso ‘COVID’. De hecho, en el Registro Civil, al darle el pase a la familia para que la sepultara, se escribió a mano ‘persona con COVID no informada’, para que la funeraria tomara los resguardos del traslado del cuerpo, pero eso no corrige el certificado de defunción.

La pregunta que queda pendiente es si el Gobierno lo registró como muerte COVID o no. Eso hasta ahora no se sabe porque, además, cuando el Gobierno informa de muertes, a diferencia de lo que ocurre en otros países, no entrega ningún dato. Al principio entregaba más datos; hoy menos. Solamente dice que murieron ‘x’ personas y entre el rango de tal y tal edad, pero no se sabe comuna, si tenía enfermedades base. No se sabe mucho, entonces no se puede cotejar si este caso en particular está en la contabilidad del Gobierno.

Con lo publicado por Matus y lo dicho por Castillo se alude claramente a una manipulación de las cifras por parte del gobierno.




Funerarias en la pandemia

Soy dueño de una empresa funeraria. Nuestro gremio es un eslabón bastante importante e invisible dentro de esta pandemia. Aparte de convivir día a día con el virus, Tenemos que lidiar con la falta de respeto hacia nosotros por parte de los hospitales, que nos entregan fallecidos con certificados de defunción sin causal de covid-19, pero cuando llegamos a retirar los cuerpos nos indican que han dado positivo por PCR actualizado. Es de una irresponsabilidad tremenda entregarnos cuerpos contagiados sin hacemos saber antes esta situación. También somos personas, tenemos familia, hay muchos colegas que tienen otras enfermedades y trabajan arriesgando su vida en los hospitales. Ademas tenemos que lidiar con el Registro Civil, que no nos da prioridad para inscribir las defunciones y nos hacen esperar hasta tres horas, incluso con el fallecido arriba de la carroza. Y ahora la guinda de la torta: tenemos que ir presencial-mente a la comisaria a sacar los salvoconductos. También nos podemos enojar y provocar un tremendo colapso en el sistema, única y exclusivamente por la irresponsabilidad que van teniendo las autoridades con las personas que trabajamos con la muerte. Francisco Castillo – Empresa Funeraria Castillo.







Luego de confirmarse la denuncia, El matinal de los que sobran programa de steaming de El Desconcierto logró contactarse con el dueño de la funeraria el cual le confirmó los hechos:

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